Correr es mucho más que poner un pie delante del otro con rapidez. Para quienes lo practican con constancia,cada kilómetro de asfalto se convierte en una lección de resiliencia. Nicholas Thompson, actual CEO de The Atlantic y un corredor de élite en su categoría, sostiene que las herramientas que se utilizan para cruzar una meta son las mismas que se necesitan para triunfar en la oficina o superar crisis personales.
Ni caminar ni nadar: el ejercicio ideal para realizar en la playa y mantenerse en formaEn su reciente libro, The Running Ground, Thompson explora cómo la lucha contra el cronómetro y el propio cuerpo moldea nuestra capacidad de liderazgo y crecimiento. No se trata solo de transpirar, sino de entender cómo funciona nuestra mente bajo presión.
Las lecciones del Running que se aplican a la vida
El mito del declive con la edad
Existe la creencia generalizada de que, tras pasar los 30, nuestras capacidades físicas y mentales entran en un declive irreversible. Sin embargo, Thompson desafía esta idea con su propia experiencia: corrió su maratón más rápido a los 44 años. Según el experto, si bien la biología impone ciertos límites, la madurez nos otorga una "eficiencia" y una sabiduría que compensan cualquier pérdida física.
"En cierto modo, envejecer es como estar en una acera móvil que va hacia atrás, pero estás recogiendo cosas que te permiten ir hacia adelante", explica Thompson. Para el autor, lo que realmente nos envejece no es el paso del tiempo, sino el momento en que decidimos rendirnos y decir "hoy no quiero hacerlo". La resistencia es la clave para mantenerse vigente.
El dolor como una predicción mental
Uno de los descubrimientos más fascinantes del running es que el dolor, muchas veces, no es una lesión real sino una señal de alerta del cerebro que intenta protegernos. El cerebro teme perder el equilibrio y envía señales de malestar para que bajemos el ritmo. Aprender a distinguir entre un dolor fisiológico y una "predicción" de fatiga es vital para cualquier líder.
Thompson sugiere que debemos "engañar" a nuestra mente para expandir los límites. Cita ejemplos de atletas como Eliud Kipchoge, quien sonríe cuando el esfuerzo es máximo para enviarle a su cerebro el mensaje de que todo está bien. "A veces debes establecer un ritmo incómodo. Tenés que usar una parte de tu cerebro para engañar a otra parte. Lo llamo jugar a la escondida con tu mente", afirma.
El poder de las versiones ocultas
A menudo, trabajamos bajo un techo de cristal que nosotros mismos construimos. El corredor recuerda que durante años fue apodado "Mr. 2-4-3" porque todos sus maratones terminaban exactamente en 2 horas y 43 minutos. No podía bajar esa marca porque, inconscientemente, creía que ese era su límite máximo tras haber superado un cáncer de tiroides a los 30 años.
Fue solo cuando un entrenador cambió su perspectiva que logró romper esa barrera años después. Este fenómeno se aplica al mundo profesional: muchas veces no avanzamos porque nuestra meta es simplemente mantenernos donde estamos, sin darnos cuenta de que existe una versión mucho más capaz de nosotros mismos esperando ser desbloqueada por un cambio de enfoque o de hábitos.
Trascender a través de los límites
La libertad no siempre se encuentra en la ausencia de restricciones, sino en cómo nos movemos dentro de ellas. Thompson menciona el caso de corredores que completan miles de kilómetros dando vueltas a una misma manzana. Esa limitación física los obliga a desarrollar una disciplina mental y una capacidad de meditación profunda para no perder el foco.
Incluso frente a enfermedades degenerativas, el deporte ofrece una vía de escape. El autor cita a Michael Westphal, un corredor con Parkinson que aprendió a correr con las manos atadas para mantener el equilibrio. "Hay más en correr que solo vencer a la gente", le confesó Michael Westphal a Thompson, recordándonos que la humildad y la conexión con los demás son subproductos valiosos del esfuerzo compartido.
El crecimiento tras la tormenta
Finalmente, Thompson aborda el concepto de crecimiento postraumático. Tras enfrentar el cáncer, su enfoque hacia el trabajo y el deporte cambió: dejó de buscar resultados inmediatos y "mágicos" para centrarse en la constancia diaria. La resiliencia ganada en la enfermedad se convirtió en su mayor ventaja competitiva en el mundo editorial.
"La parte más importante es aprender a correr todos los días. No importa cuál sea el clima o cómo te sientas: simplemente sales y lo haces", concluye el deportista. Esta filosofía de la "pequeña ganancia diaria" es, en última instancia, lo que permite transformar un trauma en un motor de éxito profesional y personal.